Gabriel Ramírez Betancourth es un lobato

de la región Valle del Cauca que tiene 9 años de edad

y pertenece al grupo 123 Cóndores

establecido en Santiago de Cali.

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Él, junto a su familia, ha reforzado sus lazos y aprendido

nuevas habilidades para la vida en compañía de su Akela

y amigos lobatos miembros de la manada Lobitos.

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                                       Él ingresó al movimiento scout en el 2018 gracias a su madre,                                                 María del Pilar Betancourth, quien escucho por medio de un                                                    familiar las buenas acciones de los Scouts y se interesó en que su                                          hijo Gabriel se desenvolviera en el movimiento Scout para                                                      aprender cómo ser responsable y reforzar valores que le                                                          serviránpara toda su vida.

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Las cosas que más le gustan hacer a este Lobato son los campamentos, los juegos, calcar dibujos, los animales y nuevas personas que se convierten en hermanos para él.

 

Todo esto lo descubre gracias al apoyo constante de sus viejos lobos que, mediante diferentes actividades, lo ayudan a desarrollar habilidades ocultas. Gabriel, por ejemplo, está muy interesado en la cocina.

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Gabriel explica que el movimiento Scout le ha enseñado los principios Scout, el amor por la naturaleza, el espíritu de servicio, el compartir de familia y la responsabilidad económica en la modalidad del ahorro.

 

Este último punto es el que más resalta su mamá ya que destaca el uso del ahorro para colaborar en pequeñas compras.

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La virtualidad no ha sido impedimento para que siga viendo a sus compañeros de manada, dice que “no es fácil, pero hay que seguir adelante” y junto a su mamá forman un equipo para motivarse y continuar con su misión como Lobato, que es ser “Siempre mejor” en toda actividad o circunstancia.

 

Gabriel comparte el siguiente mensaje para todos los lobatos que se sienten desanimados en la virtualidad: 

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“Para qué irse si somos hermanos, dolería mucho que un hermano se fuera o que nunca lo volvamos a ver”