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Un héroe en todos nosotros
La pañoleta blanca, verde y café es anudada por el canuto de mensajeros de paz, que revela un poco de la historia de su portador. Gustavo Rendón, conocido como ‘Gus’, de 23 años y rover perteneciente al grupo scout 13 Cuturrumbi de Risaralda, ha llevado a cabo un sueño que comparte con millones de scouts alrededor del planeta.
El deseo de servir a los demás, de dejar una huella positiva en la comunidad, llevó a Gustavo a dar el primer paso en una aventura que lo condujo a algo más grande de lo que podía imaginar en un principio. Durante el 2019, se le presentó la oportunidad de idear, liderar y ejecutar Manos al Agua, un proyecto enfocado en enlazar el trabajo de la comunidad, el gobierno local y la organización scout para limpiar las fuentes hídricas.
Lo que en un principio parecía un proyecto simple con el objetivo de recoger dos toneladas de basura en el municipio de Filandia, Quindío, se transformó en una gran idea de tres fases que les valió el reconocimiento de mensajeros de paz a sus organizadores y que logró reunir más de 120 scouts de todo el país para recoger casi el doble de pesaje previsto en basura, por lo que superó con creces los resultados esperados.
Pero estos resultados no fueron gratuitos. Gustavo cuenta que el primer reto que tuvo fue conformar ese equipo de trabajo que permitiera sacar adelante la iniciativa, por lo que buscó personas capacitadas y dispuestas a trabajar en un proyecto exigente en cuanto a conocimientos y tiempo de trabajo. El equipo se conformó con Angelica Alzate, Daniel Rendón, Juan Esteban Amariles, Andres Velázquez, Angélica Ortiz, Santiago Zurita y el propio Gustavo, donde cada uno desarrolló un papel vital para cumplir el plan de trabajo y llevar a cabalidad el proyecto.
El desempeño del equipo de Manos al Agua fue excelente, pues lograron sobrepasar todos los indicadores y cumplir todos los objetivos. Sin embargo, no todo fue tan simple en este proceso. Según Gustavo, el proyecto enfrentó una gran cantidad de problemas e inconvenientes a los que tuvieron que sobreponerse, pero lo lograron a través de un gran trabajo en equipo y a la motivación de estar ayudando a una comunidad, al deseo infinito de servir.
Posiblemente el golpe más duro que debieron afrontar sucedió inmediatamente después de la jornada de recolección de basura. De regreso a sus hogares, el bus que transporta a algunos participantes del proyecto cayó a un abismo en la ruta, dejando muchos heridos. Esta sorpresa fue agobiante para todo el equipo, pues recibir esta trágica noticia después de haber logrado esos resultados fue un choque de sensaciones.
Enfrentaron la noticia como mejor pudieron, con la disposición de ayudar. Gustavo y el equipo estuvieron pendientes del proceso y brindaron la información que tenían a las autoridades. Solo con el tiempo y el contacto constante con los chicos, lograron levantarse el ánimo mutuamente.
Aun casi después de un año, la situación le trae malos recuerdos. Pero sobre todo, Gustavo se siente agradecido de haber logrado buenos resultados y que sus compañeros y amigos salieran bien librados pese a la circunstancias. Para él, esto fue un camino de sacrificios personales y de mucha valentía para tomar los primeros pasos, pues fue el hecho de lanzarse al vacío primero, pero sujetando las manos de esas personas que creían en un mismo sueño y logrando una gran conexión entorno a un objetivo, lo que lo ha llevado hasta donde está.
Gracias a Manos al Agua y a su desempeño personal en otras ocasiones, Gustavo fue nominado y galardonado con el Messenger of Peace Hero award, un reconocimiento a mensajeros de paz entre otros 400 postulados que lo llevó a conocer un continente y un país lejano. Este galardón le fue entregado en la ciudad de Kuwait por el desarrollo e impacto comunitario logrado con su proyecto.
Para Gustavo, el Hero awards fue más que un viaje al exterior y unos reconocimientos. En Kuwait encontró una gran experiencia donde recibió talleres, compartió con scouts de otras partes del mundo y , sobre todo, aceptó el compromiso de poner todo su recorrido y conocimiento al servicio de otras personas que empiezan un camino similar a el suyo en nuestro país.
Ha cumplido con su compromiso. Desde que llegó, ha trabajado con Mensajeros de Paz y la comisión de mundo mejor, asesorando proyectos e iniciativas y compartiendo todo su conocimiento con aquel que lo necesite.
Todo este recorrido ha significado que Gustavo se transforme en una figura reconocida dentro de la comunidad scout colombiana y panamericana , un faro, un ejemplo que jóvenes igual de ambiciosos miran con deseos de cumplir y lograr lo que él ha logrado, vivir en carne propia el sueño de crear un mundo mejor.
Es consciente de la figura que representa en el país, y asegura que es una responsabilidad y una alegría al mismo tiempo. Es la responsabilidad de ser una mejor persona cada día, de aportar siempre un poco más , y es la alegría de estar representando nuestra bandera y nuestra flor de lis nacional
Por último, Gustavo reflexiona sobre qué es aquello que lo ha llevado hasta ese punto.
Persistir, persistir y nunca desistir, como dicen nuestros abuelos.
Para él, son tres cosas las que han hecho posible su crecimiento y que lo harán posible para todos los que lo intenten ; no desfallecer ante los inconvenientes y problemas, persistir hasta lograrlo; creer en sus sueños y ser leal a ellos, confiar en que lo que está haciendo funciona porque ayudará a alguien ; y ser lo suficientemente valiente para dar el primer paso , para unir fuerzas con otros y lograr lo que se propone. Así, Gustavo da su última respuesta , con alegría y brillo en sus ojos, brillo de esperanza, porque sabe que, así como en él, hay un héroe en todos nosotros, tan solo hay que despertarlo.





